Te estarás preguntando quien soy y qué hace diferentes mis clases. Verás, no soy una profesora de cerámica tradicional. Te cuento un poco de mi historia.

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Soy una persona muy curiosa y creativa, desde pequeña me he interesado y he practicado el arte plástico, las manualidades, la danza, el teatro, el clown... El arte ha estado siempre presente para expresar mis emociones, sueños e inquietudes. Ha sido mi compañero y confidente más querido.

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De pequeña soñaba con ser profesora, pero en la adolescencia la curiosidad me hizo querer entender primero el porqué del comportamiento humano. Es por eso que, en un primer momento, centré mis esfuerzos en la Psicología y me licencié por la Universidad de Murcia.

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Al terminar, mi afán por conocer culturas e idiomas diferentes me llevó a Francia, dónde trabajé y estudié durante cuatro años. Allí conocí gente de muchos países y me formé en Psicología Intercultural. Durante todo ese tiempo, no me alejé del arte y también me acerqué al Arteterapia con varias formaciones.

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De vuelta en España, emprendí como psicóloga, especializándome en la Resolución de Conflictos y en la Inteligencia Emocional. He trabajado con todo tipo de públicos, niñez, adultez, discapacidad, vulnerables… Fue ahí cuando me di cuenta de que faltaba algo: el arte llega dónde la palabra no alcanza. Y aunque estaba incluyendo ejercicios artísticos, me di cuenta de que el arte necesitaba más espacio en mi trabajo terapéutico. 

 

En 2019, probé la cerámica y me enamoré del poder expresivo (artístico y emocional) de la arcilla. Rápidamente empecé a formarme tanto en talleres de profesionales del sector como en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Alicante sobre este maravilloso arte.

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Desde entonces, puedo decir que he conseguido aunar mi vocación por guiar y enseñar con mi formación de psicología y cerámica además de toda mi experiencia internacional y multidisciplinar.

 

Cuando imparto un taller, me gusta crear un ambiente de confianza y relajación, dónde puedas conectar tanto con tu creatividad como con tus deseos y emociones y puedas expresarlo con tu propio lenguaje. No importa la edad ni la condición. En mis clases grupales reina el respeto mutuo y la libertad de ser auténticos.

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Ahora que me conoces mejor, ¿Te animas a descubrirte con el barro?